Visitamos Alcalá la Real
Es una visita, que organizan. Regina Vigo Directora y Carmen Paredes
maestra del Centro de Adultos Juan Rodríguez Pintor de Motril. Es un
examen, cultural, con motivo de conocer los pueblos de nuestro
entorno. Esta de hoy, es para recordar de aquella que hicimos el 23
de mayo de 1912, esta vez organizada por las profesoras Mari Sé y
Carmen Paredes. Alcalá, la real, está en la provincia de Jaén, a
71 kilómetro de dicha capital y a 50 de Granada, en aquella ocasión
contaba con 22.782 habitantes, hoy con 21758, como podemos comprobar
ha disminuido, respecto en esto seis años que han transcurrido,
según Jessica unos poco menos, bueno esta es la guía que tenemos
asignada, para explicar los contenidos de hoy. Bueno desde esta
marquesina comienzo a fraguar este relato informativo
Esta noche ha estado tronando, y a esta hora no llueve, aunque si
que está nublado, hay charcos, que salpican, cuando van pasando los
coches. En estos momentos llega el conductor, el autobús de “La
Empresa Romero” igual que la pasada. Pronto empieza el reparto de
los números una confusión, como es habitual en cada viaje, comenta
Regina, estamos todos y todas. Sale el rey astro, que está semi
oculto, por la cara sur de Sierra Nevada, unos borregos de nubes,
hace que el cielo permanezca encapotado. Al fondo unas grúas, en el
horizonte, el árbol de Navidad, en el Centro Nevada.
Cuatro filas de vehículos que hace difícil la conducción a esta
hora de la mañana. Al fondo unas nubes, que se dispersan en las
montañas, allá en la lejanía interminable. El rey astro brilla,
como una bola de fuego amarillento, que se cuela por los cristales de
este coche. Esto es un laberinto, hay que parar, en cada momento,
aquí se termina la prisa, cuando vamos por el desvío de la Chana.
Las verdes hierbas, relucen en la vega granadina, antes de coger la
carretera de Córdoba.
Por la izquierda, las choperas amarillas que van deshojando las
hojas, por la derecha, las montañas de peñascos pelados. Esto es
tierra de olivos, vamos hacia Puerto Lope, los árboles lucen los
ramilletes que cuelgan, de sus ramas dobladas, de peso de las olivas.
Hay un cambio en la parada anunciada, la carretera es estrecha, no
hay aparcamiento—comenta Antonio--. Faltan veinte kilómetros, para
mi es un suplicio, no puedo aguantar la gana de orinar, me distraigo
con ver los chopos amarillos, de vez en cuando se divisa alguna
encina, que destaca entre los olivos. Las fabricas de aceite, echan
un chorro de humo, esto se hace eterno. Este paisaje de otoño, es un
crisol de colores, que a su vez hermosean este recorrido que hoy
tenemos el honor de ver y disfrutar en este día y en este momento
determinado.
Por fin llegamos, me propongo de entrar en un bar, donde encuentro
es frase curiosa: Mea feliz, mea contento, pero sobre todo mea
dentro. Me llama Carmen, estábamos a poca distancia incluso yo le
veía, desde una mesa, en este bello parque, donde hay un granadillo
lleno de granadillas, el sol empieza a entrar por los amplios
cristales, los camareros no dan abasto, con esto que le llega por
sorpresa con los que llegamos de Motril, algunos como es mi caso me
fui como llegué, pronto se presenta la guía Jessica, no va a
explicar la ruta a seguir en este día.
Martínez Montañés, dejo su huella en toda la ciudad que se
reconoce desde el siglo ocho, esta ciudad era frontera, has la
conquista de Granada en 1492, con el tiempo la gente fue bajando a la
parte baja, Pablo Rojas funda una escuela de cultura en Granada.
Algunos ciudadanos comentaban entre ellos, estos van al Castillo De
la Mota. Vamos por la carrera de las Mercedes, el pilar de los
álamos, este es uno de los primeros 1552, hay una llave grande, de
los pueblos de Castilla, esta está siempre en el centro de la
fuente. Empezamos en el llanillo, por la calle Veracruz, aquí
hacemos una parada, ha refrescado el tiempo, las personas echan mano
a la ropa de abrigo, vamos por una acera, aquí estaban las casas de
los más nobles, que después compraron los comerciantes. A partir de
aquí vamos a ir a la estatua de Martínez Montañés 1568 -1649,
aciprete de Ahíta, escultor; visitamos la fachada del Ayuntamiento,
la iglesia de la Consolación- Siglo XVI-XVII, su patrona es la
Virgen de las Mercedes, un arco de medio punto con pináculo de 1581.
Vamos a ver grandes retablos la fuente de la Mota, más abajo, está
la calle Real, es muy pendiente. La Mora Cava de época musulmana,
esta muchacha le sorprende una noche de las que iba a por agua para
su madre que estaba enferma y le sorprendió a verle su cara y se
enamoró de ella, después lo pasó mal con su padre que se deshizo
de ella quitándole la vida.
Vamos en el autobús hacia la Fortaleza de la Mota, non bajamos en
la parada, donde comenta la guía—esto es una atalaya natural, Cala
le llamaron los árabes, es una fortificación a lo largo de los
siglos- XIV-XV, y se ve en la llave de Granada. Estas pendientes de
pequeñas piedras afiladas, hasta llegar a la puerta de la Lanza.
Estas casa escuela era donde vendían el vino, en esta otra la zona
de los bares, pequeñas tiende citas, esto que se ve con agujeros era
una zapatería, hay una intensa humedad, no da el sol, hace cincuenta
años vivía una familia de gitanos.
El escudo de la entrada con una llave, Puerta de la Imagen, un
farolillo y una virgen llama la atención, el techo de la carnicería
de la edad media, un sistema de alcantarillado, para no coger
enfermedades, vamos hacia arriba hay una terraza, puerta del peso de
la harina, producto muy importante en aquella época. El mercado,
una actividad orientada al abastecimiento de la población. El
comercio fuente de riqueza en la población de Alcalá la Real,
algunas curiosidades, es el espacio de la ciudad antigua, la
habitaciones no tenían ventanas, para no contaminarse don las
enfermedades contagiosas de la época.
Calle peña del caballo, aquí vivía la clase media, con una tres
mil personas, restos de, de bodegas, que excavaron en el suelo, el
la roca. La Torre del homenaje, con unos veinte metros de altura,
Torre Mocha, o torre de la atalaya. Estos edificios y sus alrededores
cuentan con una superficie de cuatro hectáreas, una abadía
independiente, un aljibe de los más grandes que existe en todo el
recinto amurallado, este está en buen estado de conservación, esto
sirvió de osario, en una peste que tubo lugar en aquella época. La
casa del cabildo, la sacristía, donde celebraban bodas civiles.
Abadía del patronato Real 1341—1851, abandonamos la fortaleza, a
esta hora hormiguean los pies, han sido unos momentos de ajetreo
subiendo las pendientes empedradas, que algunas personas ignoraban,
para buscar la fila de baldosas que hay en los laterales. Los
jardineros están podando los cipreses, vamos pisando por una
alfombra de hojas amarillentas que cubren los escalones, el tiempo
amenaza lluvia, por las montañas que rodean este recinto, de nuevo
cogemos el autobús, es la hora programada, para el almuerzo. En el
Asador Puerta de Alcalá, primer plato setas con huevo y picadillo de
jamón, segundo filete de cerdo a la brasa y postre dulce casero.
Aquí sentado, reposando un poco, en este salón alargado donde hay
dos televisiones, todo está lleno de personas no se entera uno de
nada, pasa igual que cuando viajas en el tren, que sólo ves las
imágenes, mientras terminan de poner los postres, yo aprovecho, par
redactar estos momentos aquí sentado junto a una ventana, donde hay
una maceta, muy hermosa con las hojas verdes, a mi espalda una
gasolinera, que no paran de llegar coches a repostar combustible, el
cielo permanece lleno de nubes, a la izquierda un campo de olivos,
alineados en cuerdas que se pierden por el horizonte. En la entrada
una fogata de leña que consume troncos pequeños de álamo, esto es
zona de fumadores. He salido a la puerta, desde aquí se ve el
Castillo de La Mota a tiro de piedra, el cielo sigue cubierto de
blancos nubarrones al de donde me encuentro. Charlo un poco con el
conductor, esperando que regresen los compañeros, poco a poco van
llegando, la tarde es ajetreada, hay cosas que ver y las tardes son
cortas en esta época de otoño.
Vamos de nuevo al pueblo, visitaremos el Museo de la Historia romana
palacio de Abacial, salimos por la calle de los álamos a visitar a
Juan Martines Montañés, Maestro escultor 1588, retablos como el de
San Miguel, de Jerez de la Frontera, Santa Clara de Ledesma, o la
Concepción de Lina imágenes extensas, como la Virgen y su niño. La
sacristía de la Catedral de Granada. Se presenta una muchacha, que
no tenía experiencia y que nos dijo que le preguntáramos lo que
quisiéramos la tarde se puso opaca, las farolas estaban encendidas.
Algunas introducción de Juan Martines Montañés, el Dios de la
madera Alcalá la Real 16-3-1568 - Sevilla 18-6-1649, han sido unas
once horas que resumo en este breve relato, en el que aprovecho, para
despedirme, con un cordial saludo, para mi ha sido un placer haber
realizado este trabajo con mi mayor ilusión que me causa en cada
viaje, es un honor un saludo, en Motril a 15 de noviembre de 2018
Montañés
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