Visitamos el puerto de Motril
Esta
visita es un encuentro cultural del Centros De Adultos de Motril, promocionan
Carmen paredes y Lola.
He
salido sobre las tres y media de la tarde, he bajado por la calle san Miguel,
como acostumbro de hacerlo en estas ocasiones. He llegado a las Explanadas, con
la intención de coger un autobús, de AlSA, que hace este trayecto diariamente,
una compañera me dijo que ella se iba también, pero yo tenía pensado de hacerlo
andando con las demás.
Eran
las cuatro, cuando por la acera de cerro, iban las compañeras, acompañadas
por personal de Protección Civil, esto me animó a emprender la marcha, andando,
como estaba proyectado. También, para ir viendo la vega de Motril, donde tantas
horas de trabajo he realizado, en un pasado no muy lejano.
Ahora,
todo es diferente, antes lo habitual por este tiempo, era la siembra de la
patatas, y las dulces cañas, que por este tiempo estaban bien crecidas, y se les abonaban
frecuentemente. Justamente en la margen derecha, donde hoy vemos enormes
máquinas sembrando, espinacas, puerros y otras verduras, que siembran los
holandeses.
Para,
mí es un privilegio, pasear a esta hora de la tarde, recorriendo este amplio
paseo, cuando el rey astro brilla, que da encanto, cuando va tomando su camino
hacia el poniente.
De
vez en cuando, se escuchan las gaviotas, que revolotean por todas partes. Es de
admirar, una compañera, que ya ha cumplido los más de noventa años, ¿Cómo
alterna? Con todas las demás, ella va contenta, distraída durante todo el trayecto.
Después
de media hora de caminata, pasamos por la rotonda del Puerto. Por aquí voy por la acera, bajo las sombras de las
mimbres, es un encanto pasear junto a la muralla. Llegamos al puerto. Aquí
sentado, estoy viendo, como escogen el pescado en una mesa, antes en la
cubierta, balanceándose con las olas.¡ Como me recuerda! . Aquellos años que
pasé trabajando en la antigua nevera, allí había una pequeña playita, donde
recogíamos arena fina, para reparar la nevera. Esta tarde me recuerda el cambio
sustancial que ha sufrido este puerto actual, que fue inaugurado el 17 de mayo
de 1.994, después de varios cambios en su historia.
Según—comentaba
un antiguo marinero. Antes no había estos modernos barcos, hoy apenas hay
pescado, ya han mermado las capturas, yo recuerdo de haber estado cargando
boquerones, hasta altas horas de la madrugada, en más de una ocasión, incluso
en puertos pesqueros de las provincias
de Almería y Málaga.
En
la fachada de la actual fabrica de hielo, nos se presenta Luisa María, que por
cierto es enfermera de La Cruz Roja—comenta ayer llegaron noventa y cinco inmigrantes y hoy han venido quince.
Francés, es un grupo de policía internacional. Aquí es donde llegan las
pateras. Una torre de control, las detectan. Los rescates, son muy peligrosos,
cuando ven este momento, se ponen nerviosos, otras veces por el estado de la
mar, que puede estar enfurecida, con fuertes oleajes.
En
aquellos primeros años no había nada para detenerlos, se les veía por las
cunetas de las carreteras, deambulando descalzos y medios vestidos, quien no ha
visto algo parecido, por las carreteras comarcales, de nuestro entorno, incluso
por las márgenes del Río Gudalféo.
Ahora,
cuando se detecta una patera, se le avisa al Salva mar, estos anuncian la
llegada, hay que estar preparados una hora de antelación. Hay varios
voluntarios unos catorce o veinte, que nos ayudan. Cuando viene una partida,
tiene que estar presente, la guardia civil y la policía nacional. Las mujeres y
los niños son los primeros en recibir los auxilios, se les da un trato
especial. Todos cuentan la misma historia. Los menores que vienen solos, son
cautelados por La Junta de Andalucía.
Hay
un nuevo centro de acogida, que se ha abierto, este año, con una capacidad de
dieciséis personas, no es mucho, pero ya es algo—comenta la enfermera. La
atención sanitaria, es lo primero, en estos servicios se les atiende, ellos
están perseguidos en Marruecos, más si son albinos, que los persiguen por toda
África. Llegan en condiciones infrahumanas, se les da ropa y calzado. Hay un
registro con los que llegan, están tres días, donde se reparten a los Centros
de Acogida, donde se distribuyen. No se lea puede repatriar, si su país de
origen no tiene, tratado de extradición, o convenio.
Últimamente,
están llegando tantos, que en lo que va de año, han venido más de dos mil.
Estas personas traen varias enfermedades, que aquí se desconocen, las más
frecuentes, son picaduras, resfriados, la hipotermia etc. La enfermería se les
da una atención, con ropa y comida y duchas individuales.
Vamos
a pasar, donde reciben los primeros auxilios, se les hace sentar y se les toman
los datos personales, se les toma la temperatura corporal, lo más corriente
son: moratones, alergias, vértigos, sobre todo las quemaduras de la mezcla de gasolina
con el agua que les hace grandes quemaduras en la piel. Después se les pone una
pulsera y pasan a la policía, se les da una bolsa, con chándal, ropa interior y
zapatos.
Han
sido unos momentos, que hasta hoy no conocíamos sino por las noticias, bien de
radio o televisión. Esta enfermera nos ha explicado de forma expresiva lo que
hacen casi diariamente, es un trabajo arriesgado, sobre todo por su tesón y
trabajo a favor de los demás. Algunas personas le han preguntado por el
objetivo de esta, como es La Cruz Roja, alguna hasta le ha enseñado su tarjeta.
Hemos recorrido estas estancias, que no son muy amplias, sí con lo necesario,
para lo cual han sido adaptadas, esta visita ha sido amena, donde hemos
escuchado desde el terreno lo que ocurre en nuestro entorno, esto no es para
contarlo, es para el que lo vive en sus carnes.
A
esta hora llegan los barcos pesqueros, apenas se les escucha sus motores, nada
que ver aquellos viejos chatarras que había en aquellos pasados años, una
nostalgia, que tanto recuerdo. Hoy cuando veo la lonja que apenas se ve
pescado, no se si será mejor o peor si que esto está cambiado por completo.
Este
recuerdo de Puerto, donde no tenía fronteras, todas las puertas estaban
abiertas, para los visitantes. Ahora hasta la puerta está acotada con dos
barrotes de hierro. Esto es coto privado, el pasado será una historia en
nuestros pensamientos, con los antiguos bares ha pasado lo mismo, quien no
recuerda el Bar Padial, hoy hasta ha perdido su nombre. Ahora toca el regreso,
con una prolongada espera en la parada del autobús. Ha sido una bella tarde,
que perdurará en el recuerdo. Para mí ha sido un honor que se me ha brindado,
para narrar estos momentos, que compartimos entre compañeros/as de clase hasta la próxima un cordial saludo
para las profesoras Carmen y Lola en Motril a 8 –11—2.017….Manuel Escañuela…
Quiero
yo ser marinero
En
tus noches estrelladas,
Con
mi corazón sincero
Entre,
unas olas desoladas.
En
un mar tan desafiante,
Vivo
todas las aventuras,
Que
me seas sacrificante
Con
ondas de tu bravura.
Quiero
yo ser marinero,
Verte
con toda hermosura,
Desde
mi barco velero,
Viendo
cuando susurras.
He
venido ver tu figura,
Donde
te duermes esa noche,
Mirándote
con mesura,
No
me dejes este reproche.
Dormir
en tus olas quiero,
Despertar
el ruido de olas
En
las noche de raso cielo
Con
ruido de caracolas…
Manuel
Escañuela ….
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