Primavera en el Recuerdo
Hace unos días, que ha empezado
la primavera, concretamente, el pasado veinte del mes de marzo, a las unce de
la mañana, según las noticias.
Esta estación, es una de mayores
horas de luz solar. Siempre se ha dicho que la primavera, se viste de colores y
sabores. Las flores se visten de colores. Que llenan de vida, donde liban las
abejas, estos pequeños animales, de los cuales han mermado en los últimos
tiempos, con unos nueve millones, según las estadísticas.
El cambio climático, nos está
dando, en lo más esencial, como es el agua. Estos últimos años, lo estamos
notando en las costas de Granada y Almería, aquí donde lo único que hace es
viento, casi todos los días.
Hoy a veinticinco de marzo, se
cumplen el nacimiento de mi padre, y como no lo veré en el Google, lo
pronunciaré en este relato. Hoy cumpliría los ciento cinco años, aunque se fue
hace veintiuno. Siempre me recuerdo de
el por estas fechas. Hoy me ha visitado mi hijo Carlos con la nieta, es la
primera vez.¡qué contenta estaba! Pidiéndome flores, que tanto les gusta. Ha
cogido una herramienta, y ha empezado a sacar piedras, para que le siembre
cosas. Ha sido una experiencia, que la tuve hace unos años con los que residen
en la provincia de Barcelona.
Bueno, se despide hoy sábado el
mes de marzo, hemos limpiado la alberca, para mañana darle una vuelta de
pintura, que es aconsejable de hacer cada cierto tiempo.
Las abejas ya están en las flores
de los naranjos. Es un encanto de vivir estos hermosos días que hacen, ver la
olorosa manzanilla, que ya está a punto de recogerla. Las parras, se van
poblando de hojas con sus respectivos racimos. Por la mañanas el olor al
azahar, es un encanto, pasear en las mañanas por el campo, sintiendo en sonido
de la corriente del río. Bueno estos primeros del mes de abril, se va portando
bien con respecto al tiempo, no pasa en los países latinoamericanos, donde
están cayendo fuertes tormentas. El cambio climático, lo va cambiando todo, a
como lo conocimos nosotros.
Cuando era muy joven echaba
algunos jornales labrando remolacha en la finca del coronel Padilla. Por la
rambla bajaba el agua, para regarla, durante toda la primavera. Ahora cuando
paso de tarde en tarde le veo más seca que las alpargatas de un yesero. ¿Qué
cambio en los últimos veinte años?, como podría yo imaginar que esto sucedería,
como lo está haciendo.
¡Como decía mi padre! En abril,
chico o grande ha de subir, hoy es un recuerdo del pasado. Los cereales
quedaron en el recuerdo de los que tuvimos el privilegio de ver, en aquel
pasado siglo en el que tuvimos la suerte de vivir. Esta mañana, cuando he
llegado al campo, ya se ha escuchado el ruiseñor, esto si que no ha cambiado, y
que se repite cada primavera, es un encanto de escuchar, en los cañaverales de
las márgenes del río Gudalféo.
Hoy la alberca está como una
blanca paloma ¡qué diferencia!, la pintura hace primores, igual que el cortijo,
que se viste de blanco por primera vez,
de su historia. Ayer por la tarde, salió una imagen de un santo, donde tuve la
oportunidad de hacerle alguna foto, es la primera vez que sale por esta calle.
Lo que no me agradó, fue ver la
juventud, tirando los objetos al suelo, latas, papeles y pipas que dejaron la
puerta de la casa hecha una pocilga. No hay respeto hacia la población, los
comportamientos no son los más adecuados.
Hoy es viernes de Dolores, me
recuerda, cuando era pequeño, que no se comían ciertos alimentos, sobre todo
los días que duraba la cuaresma. Qué latazo, cuando en estos, no se podía comer
carne ni grasas. En aquel tiempo, se respetaba demasiado, aunque el que pagaba
la gula si podían comer de todo.
Claro que siempre hubo distensiones,
sobre todo en los años de la posguerra, que no había mucho donde escoger. La
suerte, es que en ese tiempo, si que el bacalao si que era accesible de
comprarlo, con lo que se guisaban los famosos potajes de garbanzos. ¡Que buenos
estaban!
Por estas fechas tenía que hacer
acopio de leña, para cocer los famosos bollos de aceite. En estos el horno
necesitaba el doble de leña, claro que con los tejares y las caleras, do
dejaban nada de matas los secanos, que se quedaban sin sembrar, que era la
fuente de sustento que había, en los riscos y ribazos.
Cuando paso ahora por el campo,
me viene a la memoria, esto ha cambiado. Todo está ocupado de matorral. Que por
estas fechas están florecidas. ¡Qué hermosas se les ve cuando paso por la
carretera!
Mañana nos darán las vacaciones,
en aquel tiempo, nuestros padres aprovechaban, para que les ayudáramos en las
tareas del campo. Me recuerda, que una vez que sembramos, la hoya Magañas que
se encuentra en la parte más alta de la sierra de Lujar. Allí nacieron más
amapolas que trigo, aquello desde lejos parecía una sábana roja. Cierto día
fuimos mi tía Adela y yo, con nuestras pequeñas asnas, que no era fácil andar
más de tres horas de ida y tres de vuelta. Había que alimentar a los cerdos. Y
por eso decidimos de hacer este trabajo, yo era un chaval, que me apuntaba a
todo, las amapolas salían por encima del trigo candeal, desde lejos se veía el
rojo color, era como una sábana púrpura,
Hoy a mis años, pienso los
trabajos que se hacían, a favor del alimento de los animales, que servían de
sustento de la familia. A veces desde la distancia miro y pienso, de aquella
aventura. Viendo ahora la juventud, que se pasa los días en el parque sin hacer
nada de provecho. Hoy jueves santo, sin pensarlo he cocinado un conejo que
estaba en el congelador de la nevera, en mi mente no estaba previsto, siempre
nos enseñaron nuestros padres a respetar la vigilia, cosas que en el tiempo se
repiten. Cierto día igual que hoy, hace más de cincuenta años, cuando vivíamos
en el cortijo, un famoso pastor de ovejas, trajo uno que le pillaron los
perros, para que mi madre se lo guisara con ajillos. En aquel tiempo no estaba
bien visto de comer carne los días de pascua. Al principio nadie quería
probarlo, era raro estos especiales fechas. Cuando el ovejero empezó a comer,
se unieron los presentes, entre todos se lo consumieron, eso que tenía la
mixomatosis, una enfermedad que mermó los conejos en varios países.
Hoy me recuerda, aunque ha sido
en un arroz, como pasa el tiempo, y se repiten las mismas historias que se
parecen en su contenido. Por esta fecha, cuando contaba con los dieciocho años,
me recuerda la semana santa, la pasaba trabajando en la fábrica Del Pilar en
las máquinas del vacío. Siempre llovía, recuerdo el olor a azahar de los
naranjos que estaban en la portada del ingenio, alguno se ha salvado y sigue en
el mismo lugar. ¡Era hermoso de ver caer la lluvia desde la entrada de la puerta!
Mientras se cocía la melaza, en las
calderas, para sacar el azúcar.
Bueno, hoy es domingo de Ramos,
he estado regando en el campo, las golondrinas se posaban en los charcos,
buscando el barro para fabricar su nido. Ahora pienso en mi juventud, que cada
año, una pareja lo hacía en las vigas de madera del cortijo. A mí me divertía
de ver la obra maestra, donde sacaban sus polluelos, era divertido, cuando los
peques, que eran bastantes, estaban constantemente con el pico abierto, para
que sus progenitores le alimentaran. Yo pasaba los ratos observando el continuo
ir y venir de esta pareja de golondrinas.
Esta tarde en los medios
televisivos andaluces, están narrando las procesiones de la semana Santa, claro
están contentos por el tiempo que hace. Como dice el refrán, nunca llueve a
gusto de todos. Porque también hace falta, que se escapen algunas gotas, que
lleva varios días sin hacerlo.
Bueno ya por fin estamos a jueves
Santo, esta mañana lo primero que he hecho, es ir al cementerio a llevarles a
mis padres un ramo de rosas y claveles. Al verle en la foto me ha recordado,
que en aquellos pasados años, por estas fechas lo atareada que estaba. Siempre
se preocupó de hacer varias clases de postres caseros: menos si alguno de los
más allegados de la familia fallecía no se hacía nada extraordinario, en los
condimentos de estas fechas.
Hoy aquello se ha perdido, el
bacalao se compra a última hora. Los bollos de aceite en la panadería de
Alfacar, los roscos los que trae todas las semanas en huevero, desde el Padúl.
Yo añoro aquel pasado, las familias se comunicaban presencialmente, hababan de
sus asuntos familiares y personales. Hoy en diez minutos me he comunicado por
Whatsapp, pero no es igual, las palabras escritas, que una conversación
familiar, pero el tiempo lo cambia todo.
La gente se les ve contenta, por
la primavera que está haciendo, entre comillas, porque el labrador que tenga
sembrados sus tierras de cereales y estos tienen que espigar, necesitan agua,
para que granen su fruto.
El cambio climático, hace que en
un corto espacio de tiempo caigan fuertes tormentas, después no cae nada en
muchos meses. Lo estamos viendo en los medios, que los regadíos de la costa no
hay agua, por todo el sur de España,
donde escasea desde hace años, este preciado líquido.
Ayer, me estuvo comentando un
labrador de la contraviesa, que algunas fuentes se han secando. Esto es grave,
los almendros no producen, como antaño, las viñas están desapareciendo por el
sur, las higueras hace que un kilo valga siete euros por falta de cosecha, esta
primavera no han florecido los chumbos, tantas plantas se van quedando sin más,
que un recuerdo.
Las estaciones cada vez están más
caprichosas, las ranas ha dejado de croar en los charcos de los barrancos, los
campos han dejado el color del pasado, calor y más calor es lo que se escucha
cada día.
Hoy, es viernes Santo, nos hemos
comido el famoso potaje de garbanzos. En esta jornada, cuando yo contaba con dieciocho años, trabajé en la fábrica del
Pilar, siempre este se trabajaba y se doblaba el sueldo, más un tanto por
ciento. A mi me gustó trabajar y me sigue gustando. Ver las máquinas de vacío
dando vueltas, desde que empezaba hasta
que terminaba la campaña de la molienda. Por aquel tiempo yo vivía en el
cortijo, donde mi madre hacía varios postres caseros hechos con leche de cabra,
y sobre todo la leche frita que tan buena que estaba.
En esta época en el campo hay que
regar cada semana, estamos a mediados de abril, como dice el refrán: “en abril,
coge el agua en un barril”, este año ni esto, porque no ha caído ni gota. Las
plantas necesitan el agua, para su desarrollo. Le he visto las hojas llenas de
piojos, claro al perro flaco todo se le vuelven pulgas, esto se le está notando
en los últimos tiempos, que falta este preciado líquido.
En el pasado, cuando empezaban
las mondas, era raro que no lloviera varios días enteros, igual que las
precipitaciones en la semana santa. Todo es diferente, hay cosas que no se
repiten, como los varios días y noches que llovía sin descanso. El ser humano
necesita que se limpie la atmósfera, igual que las plantas. Este se ha notado
un poco con respecto al pasado. Los melocotones han brotado, antes de cuajar su
fruto. El año pasado, estaban los frutos gordos y los tallos no salieron a su
tiempo, el cambio climático nos anuncia con estas temperaturas que se disparan
cada vez más, como está sucediendo en estos días veraniegos.
Llegamos al domingo de Pascua, he
estado regando, esto no da tregua.¡qué encanto! Cada mañana en el alba, ver la
hermosura de la luna, y sentir el trino de los pajarillos, en el silencio de
esta salida del rey astro.
Esta semana santa, pasará a la
historia, como una de la más seca, con las temperaturas más altas, que sin tan
lejos, había diecinueve grados a las siete de la mañana. Las temperaturas están
cada vez más altas, y si le agregamos la falta de lluvias, esto es el cambio
que estamos viviendo cada año en nuestras carnes.
Las naciones prometen cosas que
luego no las cumplen, nosotros poco podemos hacer, de esto que se escapa de las
manos de los humanos. Hoy se cumplen los veinticinco años de La Exp. De
Sevilla, una época que cambió el rumbo de parte de la Andalucía occidental,
digo parte, porque la oriental, no debería de estar como se encuentra, con los
trenes que se perdieron de Granada, los granadinos nos sentimos discriminados,
por que la autovía ha sido la última de España, y para ir a Barcelona hay que
cogerlo en Málaga, para mi opinión no somos iguales, sino desiguales para todo.
Quedan unos cuantos días, para
pasar página de este mes de abril, que ha sido de los más secos y ventosos que
jamás hemos conocido
Hoy a las diez, hemos estado en
el encuentro de los niños y mayores de colegios, es el día de la lectura. Nos
se presentas los niños, ¡qué cortesía!—nos han delirado con la lectura. He
tenido la oportunidad de llevar, mi primer libro: Miranda a Lontananza, esto
fue un regalo que obtuve cuando tenía nueve años, de la caja Postal de Ahorros.
Hoy he podido recitar, una de la poesía que posee en su interior.
Me he sentido, como un niño, escuchando y
leyendo, algunos de sus párrafos. ¡Qué educación! El verle su cara de
satisfacción, leyendo extractos, de libros famosos, que han conservado en su
interior, aquel pasado lejano.
Ayer perdió la playa de Motril su
arena por segunda vez, en lo que va de año. Viento si que hace este año, la
lluvia, le seguimos esperando, miramos las nubes, como pasan sin dejar nada de
lluvia, con la falta que está haciendo ya.
Hoy está de cumpleaños el AVE
desde Madrid a Sevilla, veinticinco años que se han pasado en un periquete.
Haber si algún día llega de nuevo a Granada nuestra capital, nosotros vamos en
el último vagón, que esperemos que llegue para poder viajar en el. Nos sentimos
discriminados. En todos los aspectos, no lo que se refiere a la comunicación.
Esta
mañana he escuchado en onda agraria, que por el norte de España, ha venido una
clase de polilla, desde el Perú, que se está haciendo notar, en la cosecha de
patatas. Yo lo viví en mis propias carnes el pasado año, que tenía unas pocas
entallecidas y las planté en la tierra. A la hora de recogerlas le noté algo
raro, pero no le puse mucha atención y las bajé al sótano de la casa. Cual fue
mi sorpresa, cuando a los pocos días bajé a por unas pocas, se habían
encendido, esta más bien polilla, que es su nombre. Bueno no me quedó más
remedio que tirarlas al contenedor. Se habían cocido por completo, esta famosa
polilla lleva unos años haciendo estragos en las patatas en la costa granadina.
Otra plaga que se ha propagado, debido a lo que exportamos del el extranjero,
esto hace que nos haga un daños que desconocíamos hasta ahora. Cuando voy con el coche, se ven los nidos de
gusanos en los pinos, me recuerda, en aquellos años cuando bajaba a la escuela,
que había operarios con palos largos que los juntaban en el suelo y los
quemaban después. Siempre quedaban algunos que
se arrastraban por la carretera, hasta los perros se retiraban de ellos
no cuando pasaban cerca de estos.
Esta
mañana día del libro, he visto en el asfalto de la carretera, donde hay algunos
almendros, que el suelo está manchado de aceite que sueltan los pulgones, esto ocurre
cada año por estas fechas, cuando no llueve las plagas actúan a sus anchas.
Como me recuerda, que en mi juventud, las plantas estaban más sanas, debido a
la abundancia de lluvias.
Claro como dice el refrán “marzo
ventoso y abril lluvioso sacan a mayo
florido y hermoso”. Este no es el caso, el mes de abril, ha sido ventoso y no
lluvioso. Los cereales perderán su estatura, la cosecha mermará, como anuncian
los medios y televisivos, en algunos casos desastrazos, por la falta de agua,
en unos casos y en otros por los pedriscos de las tormentas. Los pueblos
pequeños están desapareciendo, las ciudades, se van superpoblado. El cambio del
medio, donde nos ha tocado vivir, ya no es igual a lo que en su día fue, esto
se nota en el pasado y el presente, que nos damos por enterados si comparamos.
El otro día se vio en la tele, un
labrador, con las espigas en su mano, estaba desesperado, porque si no llovía,
perdería la cosecha y su trabajo de todo
un año, esto es grave, para el que continúe en su campo.
Según
me contaba mi padre, en el año cuarenta y uno, del siglo pasado se repitió esta
historia, el que sembró en los secanos
no cogieron nada de cosecha, siempre me lo repetía lo mismo. Sembró y no
recogió nada, por falta de lluvia.
La primavera ha sido siempre, una
de las más brillantes estaciones del año. En esta fecha, las plantas aromáticas
se llenan de flores, los campos se hacen más bellos, las abejas liban en la
ternura, de pétalos amarillos. Las temperaturas son más suaves, los días se
llenan de luz y color, los pajarillos cantan contentos, es la época de
reproducción y alimentan sus polluelos.
Cuando yo era pequeño, me gustaba de verle
todos los días por la mañana, entes de ir a la escuela, era curioso de verlos
asomados al borde del nido, todos con sus picos abiertos, de par en par.
Siempre se acostumbraban de hacerlo en el mismo lugar, cerca de la portada del
cortijo, por eso era fácil de verlos a diario.
Hoy
me queda el recuerdo, estos pájaros, llevan muchos años que no se les ve, por
ningún sitio, uno de los de tantos que desaparecieron. Ayer salí a hacer unos
trámites de papeles, me sorprendí, cuando salí a la calle y estaba lloviendo,
los niños iban con los paraguas, y las botas de agua, me extrañó.
Yo acogí el mío, pero cuando
regresé no lo había utilizado, después salió el sol, y todo volvió a la
normalidad.
Hoy viernes, me ha sorprendido, la lluvia si
que está cayendo con fuerza, como dice el refrán. “no hay mal, que por bien no
venga” por lo menos las plantas se les
lavaran las hojas, es muy importante la lluvia, en la primavera. Es para mí un
honor de narrar estos momentos en esta estación del año, viendo caer la lluvia,
que salpica en el piso de la calle. “como dice el dicho, el viernes como
amanece anochece, y al medio día hace lo que le parece”, también, hay otro “no
hay sábado sin sol ni mocita sin amor”.por eso el Sol ha dado un candilazo.
Bueno
hoy se va el mes de abril, al final un poco mejor que empezó. El tiempo vuela,
mañana empezará el largo mayo. Bueno estamos a primero fiesta del trabajo, en
toda España. He estado en el campo, aunque ha llovido unos treinta litros por
metro cuadrado, no es suficiente con el viento de levante que lo seca todo, por
eso hay que regar. Siempre cuando empezaba mayo, se hacía una cruz, en nuestra
todos los años. Las flores las buscábamos, los alumnos, que las buscábamos en el campo y algunas del
jardín, que estaba cerca de la escuela. Siempre me gustaba de buscar los lirios
que se criaban en medio de la remolacha. Era divertido, en aquellos tiempos, la
labor que nos asignaba el maestro, todos colaborábamos en la construcción de la
cruz.
Ayer jueves estuve a sacar los
billetes del AVE, para ir a ver a los nietos, que hace que no los vemos, por
cierto había que esperar unos días. Hay que ver como está la vida, había un
hombre pidiendo en la acera en la puerta de la farmacia, mientras encendió un
cigarro le sustrajeron lo que había recaudado esa mañana, el hombre se quejaba de
que se lo quitaron todo.
La vida está llena de pillos y
maleantes, que no quieren currar honradamente, bueno me he salido del tema. De
lo que se trata es del cambio del medio, de pronto es verano, primavera o invierno, en el mismo
día, cambia todo es diferente. Ayer en Granada marcaron los termómetros los
treinta y cuatro grados, hoy algo menos de la mitad. Así las plantas se vuelven
locas. En el pasado yo recuerdo, de que
las estaciones eran más estables, aunque si que se producía alguna anomalía el
tiempo. Recuerdo que un año en el mes de julio, estaba la cañada con las
gavillas y cayó una fuerte tormenta, de granizos que hizo un destrozo muy
grande.
Bueno,
ayer a las tarde había una temperatura de veintinueve grados, esto del tiempo,
que cada día cambia, con respecto al otro, esta mañana ha empezado a hacer
viento, por lo que no he podido de echar el azufre, en las parras, que por
cierto, ya tienen los racimos en flor. Hoy he recogido las flores, para
ponérselas, a mi difunta madre, para el día de las madres.
Después estuvimos en la comunión
de la nieta de mi hermano. Es un día de convivencia entre la familia y
allegados. Allí en el parque del Hotel Alba, se sentían el trino de los
pájaros, los niños se divertían jugando
en un colchón hinchable. Nosotros nos hicimos fotos, lo pasamos la mal de bien,
entre los que estuvimos.
Hoy
he estado en el campo, es un placer de ver los árboles, con las hojas verdes,
que relucen, en el alba de la mañana. Ahora lo he regado, estaré una semana de
viaje, después toca de hacer las maletas. Esta calle se ha convertido en el
paso de los camiones de gran tonelaje, donde llevamos más de un año, soportando
el trajín de estos monstruos que no dejan de pasar todo el día, esto parece que
no se acaba nunca.
Este
relato, formará parte de este viaje, que comentaré desde el propio AVE, que tan
famoso se está haciendo, en estos últimos años, esto es la segunda oportunidad
que se me brinda, donde podré redactar desde el paisaje que se ve por su
recorrido, esto es punto y a parte, el contenido estará escrito en este viaje
que acabo de realizar, ha sido un privilegio de ver los paisajes, los campos y
ciudades, en una buena parte de España, cuando observo la diferencia de
aquellos pasados años, los cambios tan grandes que ha tenido en lo campos.
Ayer
por la tarde, mientras atravesaba los campos manchegos, recibía el primer
premio de relato. Para mí ha sido fruto del trabajo que llevo haciendo, desde
hace tiempo. Es para mí, ha sido un honor de poder seguir esta ruta que tanto
me gusta, y llevo trabajando ahora hace un año interrumpidamente. Siempre me ha
gustado de leer y escribir, lo seguiré haciendo mientras pueda. Ahora tengo
esta oportunidad, sin dejar las tareas del campo, que tanto me relajan.
Quien podría imaginar, en aquel
2003, cuando me dio el infarto, en los primeros de mayo. Hoy me recuerda de
aquellos que viendo mi situación vinieron a comprarme la finca, esto es lo que
se aprecian a las personas. Yo seguiré luchando, hasta que mi cuerpo aguante, ayer
estuve, pasando al ordenador, mi viaje a Tarrasa. Pronto estará listo, para
compartirlo con aquellos que le gusten las aventuras literarias.
Cuando
era pequeño, y estando en la escuela de la Gorgoracha, los domingos íbamos a
misa, en el jardín de Coronel Padilla, siempre cuando hacía buen tiempo. Salía
la procesión de San Isidro. En invierno se hacía en una nave que estaba
dedicada a almacén de almendras, el
fondo había un altar y los domingos
celebraba la misa un cura de Vélez de Benaudalla. Esto ha quedado en la
historia, que cada cual recordará en este pasado siglo.
Ayer
por la mañana, cuando iba por la carretera, había un gato pequeño, que le
habían abandonado: con la luz del coche, se le veía los ojos llenos de tristeza, se sentía extraño, en un lugar que
no le pertenecía, peor suerte ha tenido hoy otro que le he visto salir de
debajo de un coche, que acababa de pasarle la rueda por encima de su frágil
cuerpo, que saltos pegaba daba lástima de verlo.
Estos días está haciendo calor,
no es normal, que por estas fechas no hayan salido las ramblas y barrancos. En
mi juventud por estas fechas era difícil de no ver los charcos que se llenaban
de huevos de rana, era digno de ver los rosarios que hacían, después de unos
días salían los gusarapos, con su cola que se les caían también.
Ya hace años que esto no ocurre,
las ranas no se les escucha croar en la primavera. Algunos se preguntarán. ¿y
para que sirven las ranas? Todos los animales que había en el planeta Tierra,
son buenos o malos, si que nos estamos quedando sin ellos. El cambio de nuestro
entorno, está dañado, esto es grave, nadie pone remedio. Y habrá un momento que
no `podamos vivir sanos en su entorno. Aquí, se habla de fútbol, de los
políticos, que se llenan las hojas de los periódicos. Del aire que respiramos.
No se preocupa nadie, en el siglo veintiuno, no depuradoras en los pueblos
pequeños, no se promocionan las energías limpias, el cambio dejará una huella
que no habrá quien la resuelva. Esta
mañana, he escuchado Onda Agraria, comenta que en la comunidad de Castilla y
León, no se podrán segar algunas cementeras, por falta de agua.
Yo
me acuerdo, que en mi juventud, que en alguna ocasión era difícil de hacer las
gavillas, por lo poco que habían crecido los cereales. Hoy he estado regando,
antiguamente había tortugas, ya hace mucos años que no se les ve por ninguna
parte. Cuando hice la alberca, poseían
el agua, donde depositaban los huevos. Ahora ni tortugas ni ranas,
desaparecieron y no se le escucha por ninguna parte. La esperanza de verle en
su habita, creo que me quedaré con la gana.
Estos diez últimos diez años, han
sido desastrosos, en lo que se refiere, a la flora y fauna, de nuestro entorno.
Mayo,
se está despidiéndose, y hace una calor, demasiado pegajosa, no hay persona que
te encuentres y no te diga, que calor hace. Cuando camino por las calles, lo
hago por las sombras, no es normal que queme tanto el Sol. Ya se marchó largo
mayo, poco hay que contar de el. Lo único que he cogido buenos ramos de flores,
donde no han faltado los jarrones que hermosean en la casa, con olorosos
claveles rojos.
Empieza junio, se preparan las
matrículas de las clases, las temperaturas como siempre hacían en el pasado.
¿Quién no recuerda, que por estas fechas por las mañanas, cuando se hacían las
agrícolas te agobiaban los tábanos? Cuando se realizaba alguna actividad en el
campo, por ahora lo que si que hay son mosquitos, que no te dejan tranquilo.
Las aceitunas ya se les ven en los olivos, ramilletes, de diminutas verdes, de
las que han cuajado. Hoy domingo he cogido las primeras ciruelas negras, es un
encanto de ver las ramas llenas de fruto. Después ha venido la nieta Lucía. ¡Qué
contenta se pone!—me dice—abuelo, que hermosura tienes de flores en el
campo---me comenta--- ya nos vamos tan
pronto, hay que ver las cosas que me dice. Le he arrancado unas zanahorias—me
comenta—hay que lavarlas, cuando las ha visto limpias, le he pelado una y se la
ha comido—me dice—tendré que comerme otra, porque tienen un buen sabor, mejor
que las que me compra mi mama en el supermercado. Se me pasa el tiempo volando,
escuchando las cosas que tiene a su corta edad.
Bueno estamos a cuatro de junio,
en el pueblo de Vélez, están preparando para hacer las fiestas de san Antonio.
Hasta la fuente, donde recojo el agua de beber, le han modernizado, los caños,
que ya eran antiquísimos, el mármol también, así que se ha quedado muy bien.
Han salido unas nieblas que
proceden del mar, esto no ha hecho que cambie las temperaturas. Llevamos unos días, que parece que estamos en pleno
verano. Ayer por la tarde, daba pena de ver las plantas frutales, se les notaba
en las hojas. Llevamos unos días que no da tregua el calor, esto de primavera
no tiene nada.
Esta
mañana de sábado he madrugado, como lo vengo haciendo, desde que hace tanto
calor. Cuando empecé a escribir, estos relatos, por la curiosidad de ver lo que
está sucediendo con el medio en el cual
vivimos, cada vez con más preocupaciones, y historias, que no paran de suceder
cada día que pasa.
Ya pronto v a hacer un año, que los
medios anunciaban, que se aproximaba una ola de calor, cada vez con mayor
existencia.
En estos últimos, se escucha que
vienen rachas de calor, cada vez más frecuente. ¿Qué hermosa va la luna? Cuando
empieza a despuntar, las primeras horas del nuevo día. Es un encanto de
escuchar los pajarillos, como canturrean en esta temprana hora. Las hortalizas,
empiezan a dejar caer las gotas de rocío que han acumulado en la noche.
En
Vélez de Benaudalla, se preparan, para celebrar las fiestas patronales de San
Antonio. La calle principal, está iluminada con perillas que adornan, la parte
central, la carretera la cortan cada año, que cada vez hay más días de fiesta,
hay que buscar rutas alternativas, para cruzar por el pueblo. Ahora me
recuerdo, de aquellos años de mi juventud, que lo pasaba junto a mi novia, y
después con mi mujer y los hijos, no era igual, todo cambia con el tiempo.
En estos días estoy cogiendo las
ciruelas negras, que buenas que están, se venden a buen precio, y esta
temporada si que han cargado los árboles, tienen los ramilletes, que da encanto
de ver. ¿Como me gusta de verles? Hoy domingo, cuando he llegado al campo, por
el suelo, hay ciruelas destrozadas por una familia de zorros, que juegan en las
rastras de las calabazas. El campo, lo están llenando de animales, que al no
tener nada que comer, lo destrozan todo lo que encuentran en el.
La gente, se agrupa en los
espacios, que en su tiempo, hacían fiestas, se pasan los festivos bebiendo
hasta que no pueden más.
Aquella tranquilidad, que había
en el río, ahora se ha visto alterada por fiestas que hacen cada momento. En la
carretera que trascurre por la margen del río, ya es peligroso de pasar los
festivos. Aunque han puesto limitación de velocidad, la gente no las respeta y
van a toda rapidez. Aquella tranquilidad, ha quedado en el recuerdo, de pasar
los trabajadores de la central eléctrica. Hoy sin ir más lejos, cuando, cargaba
la mercancía en el coche, ha pasado uno, como un loco, me ha saltado una
pequeña piedra que por fortuna ha dado en la chapa del carro.
Ayer
por la tarde, los aviones hicieron una exhibición de acrobacia, en la playa, un
ruido ensordecedor, durante el acto, había que verlos, como se tiraban,
buscando a las personas que se encontraban, en la ribera del mar, esto es un
arriesgado trabajo de los pilotos. Anteriormente en la calle ancha hicieron una
pequeña maratón, donde participaron, personas de todas las edades. La calle, se
llenaba de globos, que con un poco de agua dentro corrían por las calles
adyacentes, hacia abajo. Las temperaturas aquí en Andalucía se ven por las
nubes. Los medios no paran de anunciarlas, cada día más altas.
Esta tarde hemos terminado las
clases de informática, la siguiente, es la semana cultural, donde hay
actividades de toda clase. La primavera, se irá dentro de pocos días, por mi
parte, la he narrado a mi forma de escribir, esto que me fue sucediendo desde
que era un adolescente, siempre estuve atareado.
He visto pasar, setenta y tres
primaveras, ninguna ha sido igual. En esta trayectoria han sucedido tantas
cosas, unas buenas otras no tan buenas. Hoy a las seis de la mañana, ya había
más de veinte grados, ha sido el más caluroso, en lo que llevamos de primavera.
Mañana es el último día de clase
con Carmen, toca recoger la cartera y seguir con las actividades extra
escolares, la primavera va tocando su fin, nosotros seguiremos con las
merecidas vacaciones.
Hoy he estado regando, con los
días que están haciendo, que no da tregua del calar. Esta mañana, alas diez ya
había más de treinta grados. He escuchado una rana croar, es una cosa rara, ya
que en estos últimos años no se han visto por ninguna parte. Esta tarde he
estado echando una partida de cartas en el Hogar del Pensionista. Quí si que
hace fresco, con el aire acondicionado. Por eso me recuerda, que por estas
fechas, estábamos segando los cereales. ¿Qué buenos los albaricoques, que
echaba aquel que había en la Solanilla, junto al barranco?. Por las mañanas, a
primeras horas nos gustaba cogerlos fresquitos, con el rocío del alba. Desde
entonces no he probado ningunos tan sabrosos.
Por estas fechas se limpiaba la
era, donde se trillaban las cementeras, las hormiga, parece que se lo olían, y
hacían acopio de todas las clases de semillas, de las hierbas, que por este
tiempo, ya estaban secas.
Esta
mañana, he escuchado Onda agraria, según
las noticias, en la Comunidad de Castilla y León, los agricultores no saben si
se les costea de sacar las cosechadoras al campo, porque se ha perdido más del
setenta por ciento de la cosecha de cereales por la falta de lluvia, esto se
complica cada vez más, no recuerdo que esto pasara en el pasado.
Estos últimos días de la
primavera, se está portando bien con las temperaturas. Hoy domingo, hemos
tenido unos treinta grados a primera hora de la mañana. La fuente ha mermado
más de la mitad de su caudal. Los montes es un peligro, hoy lo hemos visto, con
varios conductores, que han quedado atrapados, en una carretera de la vecina
Portugal, donde ha habido varios fallecidos, quedándose carbonizados en sus
coches.
El
cambio climático no para de dar sustos, mientras la gente, padecen tantas cosas
que dañan la vida de las personas y la flora y fauna de nuestro continente. La
contaminación, es ya una realidad, que no para de aumentar cada año que pasa.
Según en los medios se escucha por parte de los dirigentes que controlan la
agricultura, en quitar del mercado varios
productos sanitarios, esto hará
que las plagas se adueñen de las cosechas, esto será perjudicial para los que
vivimos en este planeta. Antes lluvia y se limpiaba todo, ahora las plagas son
cada vez más resistentes, a los productos, que no valen nada.
Esta semana, se terminan las
clases en la escuela. Ahora toca las vacaciones en ellas sigue las tareas del
campo, que necesita trabajo. Anteayer, fue el fin de curso, que se celebró en
el Teatro Calderón: fue unas dos horas
que compartimos el trabajo de los alumnos. Ayer otro encuentro en el Salón de
Actos del Colegio, don de leímos los trabajos premiados en este curso. Hoy
primer día de verano, nos toca la comida, aunque fue ayer cuando lo hizo
oficialmente. Ya llevamos varios días en alerta por altas temperaturas, el
calor no da tregua. Ahora hace un año, que empecé escribiendo, estos relatos,
que me propuse, nada más que empezar las vacaciones. Ha sido un tiempo, donde
se me ha brindado la oportunidad, de estar haciendo esto que tanto me gusta:
como es la escritura.
Yo he trabajado, con la ilusión
de hacer un recuerdo del pasado, y del presente. Aquí se ve la diferencia, del
cambio donde vivimos del cambio, nuestra existencia en esta parte del planeta.
Para mi, ha sido un honor de
pasar estas horas, que he dedicado a un antes y un presente, el después, ya
será otra historia. Estas horas buscando en la mente, esto que se conserva
hasta el momento: que algún día será más difícil recordar. El cambio climático,
es una realidad, que empezó hace años, nadie ha puesto remedio, para mejorarlo,
todos se quejan, sin que esto tenga un futuro más saludable. Yo he terminado,
esto que llevo en el fondo de mi corazón.
Para
mí, poco puedo añadir, a este espacio de trabajo, unas veces con frío, otras
con las olas de calor, que tanta fama está tomando en estos últimos tiempos.
Todo tiene un principio y un final, hoy se va a cumplir, este final. Y hasta
otra ocasión, pueda seguir esta ruta de estos prolongados relatos.
Desde mi mesa de trabajo, que
tengo en la cochera, escuchando los que pasan diciendo—Que calor hace
hoy—ahora, descansaré unos días, pensaré la nueva ruta a seguir, para mí ha
sido un placer de compartir estos ratos, que se me han quedado pequeños, sin
más me despido atentamente. En Motril a (22 de junio de 2017) Manuel Escañuela
Rodríguez….
La
primavera del 2017-07-07
¡Qué olorosas las mañanas!
En
las horas tan tempranas
Que
contentos van los niños
Cuando
pasean los caminos.
Las
abejas liban las flores
Con
los pétalos de colores
Por
un cielo fino azulado
Que
no se halla nublado.
¡Qué
hermosa es la primavera!
Cuando
cantan los pajarillos
El
río pasa por la ribera
Donde
juegan los chiquillos.
En
los rocíos que destilan
En
las hojas de los árboles
Todo deja esta maravilla
En pista de caracoles.
¡Qué hermosa la mañana!
Cuando el Sol abre sus ojos,
En lo alto de la montana
Relucientes rayos rojos.
Quiero decir en mis versos,
Viendo todas tus magias
Escritos estos conversos
Que me hace mil caricias…
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