RECUERDO DEOTOÑO

UN SALUDO

Otoño en el recuerdo


Esta estación del año es especial, donde acaba el verano y empieza el invierno, aunque poco ha cambiado, respecto a las lluvias y las temperaturas. Hoy que hace unos días recogí las peras, me he dado cuenta que el peral esta lleno de flores blancas, esto no es natural, ya que su floración, la realizan en la primavera.
Las altas temperaturas van siendo idénticas a las anteriores. Por las noches se ha notado un poco de cambiado. Por estas fechas sembrábamos la avena, y la tierra tenía la humedad suficiente, para que esta fermentara. Se labraban los barbechos, para sembrar el trigo y la cebada, esto es otra historia pasada.
El pasado día veinte y nueve me he comprado un coche nuevo, de la marca PEUGEOT. ¿Qué diferencia? De aquel seiscientos, que tantos dolores de cabeza, con las averías de cada día, que estaba más en el taller que en la carretera.  Este  que no tendré que pesarla la ITV, hasta el dos mil veinte, así podré dejar tantos quebraderos de cabeza, que cada seis meses tenía con el anterior.

Quien podía imaginar en aquellos años sesenta del pasado siglo, el cambio de los vehículos modernos de estos años. Con respecto al tiempo, todo sigue igual, no hay tregua, estamos pendientes en los medios de comunicación, que nos proporcionen algo de cambio, que palíe este año tan seco, más o menos igual que el pasado según se ve a diario, las esperanzas es lo último que se pierde, calma y seguiremos esta ruta.
Yo me recuerdo, cuando estaba en la escuela por estas fechas, cuando le llevaba el almuerzo a mi padre, que estaba podando los almendros.¿Qué hojas tan verdes tenían? Llegaban las cabras y se ponían locas comiendo de las ramas que había en el suelo. Anteriormente  le había, pedido permiso al maestro, para faltar unas dos horas en el colegio, por la tarde continuaba en la clase.

Ayer por la mañana he madrugado, para regar las plantas, había caído un poco de relente, se nota un poco el fresco del alba. Ya he visto el primer petirrojo, este se me acerca cada año no se aleja de mi, a veces picotea en lo que he labrado. Sigo con la esperanza de que cambie esto, que vea de nuevo circular el agua por los baranquillos, y las plantas dejen el color amarillo que tienen, sobre todo las de hoja perenne. Las de hojas caducas, ya van tomando el dorado. Es una suerte de ver, como van cayendo, planeando, hasta hacer una alfombra en el suelo, principalmente los castaños y los caquis.
Mientras recojo un olivo, los estorninos no paran de revolotear por encima del olivo, donde duerme cada noche. Son las doce, redoblan las campanas del pueblo, me recuerda que en los días de calma les escuchaba desde la Gorgoracha, este sonido no es el de aquel, suenan diferentes. Ahora parecen que están desafinadas, aquellas, hoy sonaran en otro lugar diferente. Ayer domingo estuve en el campo, entre otras cosas cogiendo unos membrillos.¡como me recuerda! Cuando cada año me mandaba mi madre a recoger los de aquel membrillo que estaba al margen del barranco ce los Benitos, hoy no sería posible, porque no llueve, y no hay forma de que produzca su fruto habitual.¡cuantas cosas se están quedando en el recuerdo!
Los días que no había escuela me gustaba de ir a buscar plomo a este citado barranco, en los charcos que se quedaban en la arena, hoy las adelfas están marchitas, esto es historia pasada. También bajaba a Motril, algunas veces pasaba por la tienda de Larios, donde vendía el plomo y la goma de almendro. Hoy es un recuerdo de aquellos otoños que pasaba en mi infancia.

¡Cuando llueve en octubre siete lunas cubre! Este refrán, era típico de mi padre cada mes por estas fechas. Esta mañana he madrugado, para ir al campo, es un amanecer tranquilo, he estado recogiendo las aceitunas de verdeo. En mi juventud iba con mis padres a coger las negras aceitunas este día de la Independencia, eran las que se caían al suelo y las hacíamos un montón en el empedrado de la era, algunas veces se ponían blancas de moho, era una costumbre de esos años, hoy se recogen y se llevan al molino en el mismo día.
Ayer cuando abrí el móvil, se me ocurrió de ver el tiempo, que teníamos en esta costa del sur de Granada. No ha defraudado, a las doce han empezado a caer unas gotas de agua. ¿ Qué rogada se ha hecho? Me he asomado en la puerta de la cochera, son las cuatro de la tarde, un chorrito de agua transparente baja por la calle, las ostentosas viajan serenas y se deshacen con la brisa. Estos días se hacían migas en el cortijo de mis padres, también se hacían los sembrados de cereales.
En estos días nuestro maestro nos explicaba el descubrimiento de América al día siguiente. Como vivo en la calle de Juan de la Cosa, en homenaje a aquel cartógrafo español, conocido por haber participado, en siete de los primeros viajes a América, y por haber dibujado el mapa más antiguo, conservado en el que aparece el continente americano. Al regreso a Andalucía dibujo su famoso mapamundi.
En 1509, emprendió la que sería su última expedición, de nuevo junto a Ojeda, para tomar posición en las costas de la actuar Colombia. La Cosa murió en un enfrentamiento armado con indígenas, antes de poder llegar a ejercer su cargo de alguacil mayor de Urabá.
Bueno he querido por curiosidad ver una pincelada de la vida de este marinero que murió abatido, con las flechas envenenadas. Esto es una historia del pasado, hoy volvemos al presente, este que se presenta un poco incierto.

Hoy en los medios se hacen eco que por fin viene el otoño, que es lo que se trata en este relato. En los próximos,  días veremos los árboles deshacerse de sus hojas caducas, que poco a poco dejaran peladas sus ramas. Los tonos dorados se caerán al suelo, formando un manto debajo de cada árbol. Esta historia se repite siempre más o menos por las mismas fechas, ahora pasamos del verano al otoño, que al fin es templado, como lo estamos viendo cada día que pasa nos asombran las temperaturas.
Hoy pienso en mi juventud, que me recuerda el orégano que había en el borde de la acequia en la fuente zuela, este año apenas ha crecido, con el calor se ha quedado pequeño, cada planta necesita su temperatura ambiental, si este se altera, la planta sufre en su desarrollo. Por eso es la primera vez que me ocurre, ha florecido dos o tres veces sin su crecimiento, cada especie se altera con el cambio climático, que padecemos  cada año.

Ayer jueves amanecía con las primeras nieves en Sierra Nevada, con  unos pocos centímetros, allí se veían contentos los que se encontraban en sus caravanas, esto ha mejorado con respecto al pasado año, cuando tuve la suerte de visitar, la sierra estaba demacrada, el color con tonos grises.¡qué disolución me llevé ¡ anteriormente siempre estuvo verde y blanca, según la época.
Esta mañana se han sentido las gaviotas graznar, señas que viene el poniente, estas son las que mejor te dicen cuando hay mal tiempo en el mar. Ayer domingo he estado en el campo a primera hora. Es un encanto de escuchar los trinos de los pájaros, ellos entonan unas suaves melodías, es un encanto oírle, en estas amanecidas. Ver los rosales, llenos de rosas, en esta época es algo extraño, que se repite cada año por estas fechas.
La noticia de ayer, en los medios televisivos, es que los almendros y las viñas irán desapareciendo de esta Costa Tropical donde nos ha tocado vivir, si le unimos las chumberas, que se están quedando marchitas, debido a la cochinilla. Los que nos hemos criado en contacto con el campo no vamos dando cuenta de la desaparición de varias especies, estas que se quedaran en el recuerdo, los nietos leerán todo lo que les hemos dejado en las palabras que procuramos escribir en este planeta llamado Tierra.
Por la tarde, hemos ido a ver la virgen de la Pastora. ¡Como se mecían los borreguitos! Igual que el granado lleno de fruto. Este año no hace frío, al contrario de aquellos años, cuando pasaba por la calle Ancha, que teníamos que ir bien abrigados del frío que calaba los huesos.
Estamos disfrutando de unos días primaverales, el viento está en calma, el cielo azulado y el sol que no da tregua. Cuando yo era pequeño, por estas fechas iba al campo de mis padres. Por los barrancos circulaba unos chorritos de agua clara, allí se tiraban a beber, las bandadas de chamarices y  otras especies, era maravilloso de ver tantos pájaros. Ahora si se ve alguno, parece que se encuentra arrepentido, ya que no encuentra  el alimento necesario, para poder vivir.
Una de las cosas más importantes es el agua, que se ha perdido por todas partes, donde hay alguna es en los nuevos pozos, que algunos tienen mas de doscientos metros de profundidad.
En aquel otoño de 1954, cuando yo contaba con once años, había caído una fuerte tormenta, que arrastró por el barranco que pasaba por el coto escolar, en aquella mañana que pasamos me clavé un carrizo de los que había doblado aquella feroz crecida el día anterior, ahora me queda la señal en mi pierna izquierda, esto fue un accidente escolar, que no se me borrará de cuerpo. Siempre ha sido un mes especial este de octubre, ya que es mi cumpleaños, siempre lo pasé junto a mi familia, menos el de 1966, debido a que me encontraba haciendo el servicio militar en Si di Ifni.

En el 19 de Octubre de 1973, cayó una fuerte tormenta, una de los más graves del pasado siglo con unos 250 litros por metro cuadrado, esto impresionaba ver los destrozos en el río Guadalfeo, la cresta de la crecida tuve la suerte de ver aquella mañana, hoy el mismo día, pero cuarenta y tres años después ,he ido al campo pronto he visto las plantas la hermosura de lo poco que les ha caído, de lluvia, me ha venido a la memoria el desastre de la Rábita.
El recuerdo de esta madrugada, que sentía desde la cama un ruido ensordecedor, era riada que  no dejaba a nadie tranquilo, aún recuerdo en la retina. Allí fuimos mi mujer y yo, por cierto ella estaba embarazada de mi hijo Antonio Javier. Primero fuimos al azud de Vélez, allí caían muchas piedras, y decidimos ir donde esta la finca de sus padres, ahora de sus hermanas y de ella. Nunca imagine la fuerza que traía el agua.

Las plantas las doblaba como si nada, yo no creía lo que mis ojos estaban viendo, después del tiempo transcurrido, esto se quedará en la historia. Con una cantidad de más de doscientos litros por metro cuadrado, fue el mayor desastre del siglo veinte en la provincia de Granada, Armería y Murcia. Nosotros perdimos las plantas que ya se repusieron, ellos si que pasaran a la historia en aquella madrugada  del dieciocho de octubre, al día siguiente, cuando estábamos trabajando en los pisos de san Antonio, los helicópteros pasaba con los heridos hacia los hospitales de Granada.
Las plantas se repusieron, las vidas es imposible, los tarajes han crecido de nuevo, los álamos y mimbres, por donde pasan los patos y otros pájaros.

El viernes pasado, cuando regresaba del campo, vi unas nieblas en las faldas de la sierra de Lujar.( Los más antiguos. Decían cuando en la sierra hay montera, agua fija en la carretera). Hoy se ha hecho realidad, a las ocho y media ha empezado a llover. Después de las nueve se han sentido unos truenos,  según algunos labradores ha caído los granizos entre Torre nueva y Carchuna, espero que se parezca un poco a aquellos años pasados, cuando por estas fechas sí que lo hacía, aunque falta para que nazcan las fuentes que hace años están secas, sin  que fluya agua por sus caños. En mi juventud por estas fechas, bajaba con mi madre a hacer la compra de ropa de invierno. También a ver la feria de la mañana, que era de ganado, donde en alguna ocasión compró mi padre algún animal, aquí en el puente el Toledano. Por las tardes noches visitábamos la que hacían en las explanadas aquello se quedó  para el recuerdo de mi juventud.
Esto ha pasado tan rápido que ya hace más de cincuenta años, y lo llevo en la memoria. ¡Quien  podía imaginar que cuando llegara a mayor escribiría estos relatos, que me llenan de ilusión, cuando los comparto con los demás compañeros. En aquellos años se hacía la matanza, por estas fechas. Ahora ni se hace ni se apetece, porque no puede un comer lo que desee, sino otros alimentos que sean más   que no contengan grasas. Quien no recuerda la pringada en los cocidos cortijeros, hoy es otra historia, tampoco apetece alimentos sanos. Estos últimos días de octubre, estamos esperanzados  de ver llover de verdad: como lo viene haciendo en casi toda la península, incluso en Canarias. Hay que escuchar las noticias que anuncian grandes tormentas en las islas atlánticas; antiguamente cuando lo hacía allí en pocos días las teníamos en las costas andaluzas. Esto me recuerda del mapa que estaba en la escuela, donde anunciaba las dos  partes de España, la húmeda del norte y la seca del sur. Hoy sin ir más lejos, los medios han anunciado una máxima de treinta grados, esto parece el mes de junio, no se hasta donde llegaremos.

Ya estamos saliendo de octubre, este no es diferente al pasado, este tiempo sigue batiendo los record de temperaturas, hoy siembro unas habas, he tenido que regar la tierra, si quiero que nazcan en aquellos tiempos la tierra permanecía húmeda todo el otoño. Acabo de cumplir los setenta y tres años, en esto del cambio del medio no lo entiendo. Hoy he cogido unas rosas, los rosales abren las flores, como en plena primavera, ¿Que hermosas que están? Mañana iremos a visitar a nuestros seres queridos, mi mujer y yo:¡que diferencia! Antes los cementerios estaban llenos de malvas y margaritas; ahora es diferente el lujo de flores, la limpieza que se encuentra. El peregrinaje de personas, haber quien destaca más.
En estos primeros de noviembre, todo sigue igual, sin ir más lejos ayer salieron las playas llenas de gente bañándose, incluso en el norte. A mi nieto le había impresionado de ver en la televisión. Cuando va al colegio lleva ropa de abrigo, donde vive hace más frío. Estos pasados días hasta han tenido que regular la circulación de Madrid, debido a la alta contaminación de la atmósfera.

Esta mañana, me he dado un paseo por el pueblo, está todo nublado, según los medios va a llover, hasta que lo la vea caer no me lo creo, momento que aprovecho, para hacer los deberes de clase. Por eso me recuerda, cuando yo era joven, de aquel frailecillo que tenía nuestro maestro en la clase de la escuela. Cuando anunciaba lluvia, se le ponía la capucha hacia abajo, casi siempre acertaba, por eso la importancia que se le daba en aquel tiempo por estas fechas. Estas eran las noticias que recibíamos, no había ni siquiera un radio en las casa.¡Qué diferencia!. Esto se ha notado en los medios auditivos, que juegan un papel importante, en todos los aspectos. Hasta las guerras le gravan a diario, en los frentes de batalla; por eso me recuerda de aquel museo de Tarrasa de la Ciencia, esto me motivó, para recordar y escribir el antes y el presente, y comparar la evolución de los medios informativos. En estos primeros de noviembre se cumplen los cincuenta y cinco años, cuando partí hacia Si di Ifni.¡Qué diferencia! Me recuerda de aquella madrugada, que estuvo lloviendo con mucha intensidad, y lo estuvo haciendo, en los tres días que estuve de viaje desde la Gorgoracha hasta el África oriental, sin olvidar el paso por el Estrecho, donde descargó una fuerte tormenta cuando cruzaba aquel cuatrimotor muy anticuado. Fueron momentos que se me clavaron en la memoria; los meandros de los ríos con el agua turbia, aquella primera vez.

Hoy vuelvo a comparar, y me viene a la memoria, este cambio del tiempo, en el que estamos sumergidos. Esta mañana sin ir más lejos, hace un fuerte viento del norte que se calan los huesos. Las lluvias y las nieves les vemos en los telediarios; el sur de la península, ya es un desierto anunciado, desde hace varios años que no son pocos. Estos pasados días han empezado a caer unas gotas, que siquiera han servido de nada. Los cielos permanecen azules. El blanco de nuestra Sierra Nevada, no llega hasta el momento. Me recuerda el pasado noviembre, que tuve la oportunidad de visitar, por estas fechas, poco ha cambiado por el momento.
Cuando la miro le veo ese color espectro que tiene, nada que ver en aquellos años, cuando me asomaba por la ventana del cortijo .¡Qué hermosa estaba! Toda vestida de blanco. Ella fue la despensa del agua de riego y de beber, en barios pueblos de la costa granadina, si esto sigue igual, llegará la hora que nos acordaremos, porque cada vez están haciendo más nuevos regadíos.

Esta mañana he subido a sacar el número, para ponerme la vacuna de la gripe, hace un fino fresquito. Me recuerda cuando acudía a las clases de la Gorgoracha. Aquella bajada por la carretera, que se te metía el frío en los huesos. No era la ropa de hoy, tampoco la edad, aunque nuestro maestro nos ponía un par de braseros en la clase, en los días más frescos. Hoy son eléctricas, antes ni soñar, porque por  el día estaba cortado el suministro que lo instalaba bien entrada la noche.
Esto de las sequías viene de lejos, según contaba mi padre, en el año cuarenta del pasado siglo, las cementaras que sembraron no llegaron a espigar por falta de agua. En los pasados años cuando subía a Granada me recordaba en las cementaras que había en las márgenes de la carretera, que cuando les veía me recordaba lo que contaba mi padre.

La otra tarde estuve en una charla en el Salón de actos de Adultos, estaba dedicada a las basuras que hay en los fondos marinos. Hay que ver la vía positiva que nos pusieron, da pena de ver la suciedad que ya nos rodea por todas partes, aunque los pudientes le quitan hierro al asunto. Estos pasados años, nosotros íbamos a Carchuna, para recoger residuos de la playa, donde anotábamos varias clases de objetos. En estos últimos años dejamos de asistir, no se el motivo, porque cada vez hay más basura abandonada por todas partes. No hay nada más que ver los medios televisivos, las imágenes que ponen de las basuras, algunas de las que sacan los pescadores, cada día más abundante.
Como he comentado, hoy hace viento, mientras que escribo estas palabras, se ven correr por la calla toda clase de objetos: plásticos, colillas, papeles, latas de bebida, y lo más importante la contaminación de los coches.
Esta noche han anunciado los medios televisivos, que la luna le podemos de ver con su mayor hermosura, aunque con las bajas nubes no es posible de verle, la próxima se hará difícil, para nosotros, nos conformamos de verle en la tele.

Este otoño se quedará en la historia, por ser uno de los más secos de lo que va de siglo. Cuando voy por la carretera no paro de mirar hacia la sierra, que va por el mismo camino del pasado año, por lo que respecto a la nieve y falta de lluvia.
En las clases de informática, estamos haciendo trabajos, que compartimos entre todos, para ponerlos en las redes sociales y en  los que compartimos los trabajos entre todos. Quien me iba a decir, cuando escribíamos con el pizarrín en la pizarra, que llevábamos todos los días a la escuela. Allí aprendíamos los ríos más importantes, las cordilleras y el relieve de España, esta parte de donde nos encontramos seca y soleada. Lo que venimos padeciendo desde hace varios años.
En este camino que transitamos, donde se han ido quedando varias especies de aves y plantas, estos animales que emigraban cada año, hoy en día son ausentes, quizás para siempre, nos quedará la nostalgia  en el recuerdo. Las matas de melosas que se cogían, cuando estaban frescas, se hacían manojos y se colgaban en el corral de las cabras, para atrapar las moscas, que a veces se ponían negros como un tizón.

Las personas, somos como vivimos recordamos, esto lo podemos dejar escrito, es la curiosidad de estar entretenido, marcando los pasos de las adversidades que nos da esta vida, en este trayecto que pasamos, con la mente puesta en lo que ocurre a veces, mejores otras no tanto. Hoy me siento orgulloso de redactar esto que se piensa en cada momento, y se escribe pasando el tiempo. Hoy me he comprado un calzado, para el campo, como no me voy a recordar de las famosas albarcas, que las hacían de las ruedas de camión, a veces se pasaban fiebres cuando se estrenaban.¿ Qué equivocado estaba? Esto parecía que llegabas a ser mayor y esto era justo, ahora es otra historia diferente

Ayer por la tarde asistimos a un concierto flamenco, un concierto. Un encuentro Didáctico con el Arte flamenco; donde intervinieron los cantadores. Laura Díaz, Julio y José Fajardo, uno de estos a la guitarra y otro José Rabanera. Es un encuentro de conmemoración al día del flamenco en Andalucía, conocimiento y conservación de Patrimonio Cultural Andaluz. Coordina la Directora Regina Vigo López. El teatro Calderón, registró un lleno absoluto. De verdad, con una tarde como esta, no se puede perder la afición al flamenco. Las voces vibraban en la sala, las cuerdas de la guitarra, parecían que hablaban. Esto fue un espectáculo, para verlo no para contarlo, las bulerías, la solea, alegrías, los fandangos, y sobre todo la media granadina.
Durante las dos horas que duró, no se paró de aplaudir, a estos fenómenos del flamenco. Quien me podría decir que aquella niña que conocí desde pequeña, hoy podría escuchar con su voz que retumbaba en el Calderón de Motril.
Esto es, para no perdérselo, los aplausos no cesaron en cada una de las actuaciones. Fueron dos horas que se me quedaron en la retina, no hay palabras, con que expresar esta tarde noche, que se quedará en el recuerdo, de los que tuvimos el honor de ver. Ahora mientras anoto, me viene a la memoria, las cuerdas de la guitarra, que se engrandecía con las manos de José Fajardo, es un incansable tocador, que le hace hablar a su guitarra.
Esta oportunidad no se me podía escapar de narrar, en este capítulo de otoño, donde intento de expresar acontecimientos que a lo largo de esta estación del año me parecen más llamativas. Ver a un público en pie varios minutos tocando las palmas, con todas sus fuerzas, esto no es que ocurra todos los días. Ver la cara de satisfacción de la Directora del Centro Juan Rodríguez Pintor  de Motril, donde se le veía muy contenta, en esta última actuación, esto significa que todo había sido un impecable trabajo.

Ayer domingo, fuimos a recoger el olivo del solar de Vélez, no hacía ni pizca de frío, incluso un tiempo de primavera, nada que ver con aquellas frescas mañanas, cuando íbamos al cortijo, a recoger las olivas que se estaban cayendo en el suelo.¿qué escarchas había? Las vinagreras estaban congeladas, al contrario  de hoy que nada más de llegar, estorbaba toda ropa de abrigo, hizo un estupendo día. Hoy sin embargo, ha amanecido lloviendo, me recuerda al pasado año, que cuando empezaron las obras en la calle, fue lo único que llovió, hoy igual ha sucedido lo mismo. ¡Que coincidencia! Esta mañana he cogido el paraguas, por las calles voy viendo los chorros de agua donde se balancean las pomposas gotas. Ahora despertaran los famosos caracoles que tanto tiempo llevan en su caparazón, y podrán saciar su pequeño estómago, apenas se les ve por el campo. Ayer lunes, estuvo casi todo el día lloviendo, y según las noticias con bastante virulencia, sobre todo en el sur de Andalucía.

Bueno, esto no es cuando empecé este relato, casi llueve a diario, aunque no sea demasiado, las plantas han lavado sus hojas marchitas, incluso ayer tarde, un niño de los que van a la catequesis le decía a su madre ¡qué limpias están las calles! La sierra luce su inmaculado color   blanco, según las noticias mañana empezarán a esquiar, con unos treinta kilómetros de pistas disponibles. Esto va tomando el color de otoño, las hojas parecen una alfombra dorada, en los álamos que hay en la vera del río.

Este otoño, se quedará en lo más profundo de mi mente, estos tres primos que compartimos juntos nuestra infancia se han ido, para siempre los recordaré a mi primo Paco, a su esposa Encarna y por último en el día de ayer a la prima Mercedes, hermana de Paco. Esto ha ocurrido tan rápido, atrás quedaran los momentos que compartimos, cuando yo empezaba a tener uso de razón. Esta de ayer era la que cuidaba de mí, mientras mis padres trabajaban en el campo, de la lomilla de la palma yo tenía un babero así que estaba muy pequeño, ya han pasado años, hoy es parte de una historia, que se sabe cuando empieza, no cuando termina.
En esta vida somos mensajeros, que estamos dispuestos a expresar con palabras, los acontecimientos que nos van pasando en el pasado y el presente, lo demás es otra historia que se quedará, para después y quien sabe…
Hoy, después de varios días de lluvia, he visitado el campo con un suave viento, que hace que la temperatura no sea desagradable: daba gusto pasear, viendo el verde de los olivos, que por cierto estaban empapados de agua, de la que ha caído toda la noche. Ahora me recuerda de aquellos años cincuenta del pasado siglo, que estaba en la escuela, cayó una enorme tormenta, teniendo que acudir nuestros padres a recogernos, ya que en algunas ocasiones saltó el agua por encima del puente del barranco del Escálate. En varias ocasiones se desbordó por los márgenes inundando sembrados y almendros, como está ocurriendo ahora en Valencia, que vemos en los medios televisivos.
En estos años, nos informábamos con el periódico que nos leía nuestro maestro Gumersindo. La radio llegó después a los cortijos, donde vivíamos familiares y amigos. Hoy es otra historia, para el recuerdo. Estos últimos días estamos viendo un cambio, en lo que se refiere a las temperaturas, que no son elevadas, para la época en que estamos. En el otoño, hay muchos alimentos llenos de nutrientes, debido a la variedad de fruta la que es aconsejable tomar antes de las comidas, “Mariane, Naturalista venida de Alemania.” Allí hicimos varias visitas, en la cual nos explicaba. Lo complicado que era para ella que ya estaba metida en los ochenta años de edad. Quien no recuerda la finca que poseía en las Torcas, de Vélez de Benaudalla. Esta mujer fue naturalista vocacional, que dedicó su vida a la naturaleza. Ahora cuando paso por la endonada de la finca, me recuerda de aquellas visitas que realizamos los maestros y alumnos de plaza de la Libertad de Motril. Aquella sencillez de palabras que se te metían en la mente.

Bueno, este relato lo comencé, con la ilusión de narrar, parte de estos tres meses, al principio, estaba un poco descontento, hoy han quedado atrás los calurosos días, que no daban tregua, esto se va pareciendo al otoño, distinto al del pasado año. Las hierbas están tomando su verde habitual, los pájaros se les ve cantando contentos, por las cunetas fluye unos hilos de agua clara.
Los maestros van haciendo los preparativos, para una nueva despedida de curso, se aproxima la navidad y llegaran las vacaciones. Este relato recordaré ilusionado, en hacer algo que tanto me gusta, como le gusta cantar a una tórtola que hay todas las mañanas amanece cantando, aquí encaramada en los cables de la luz, en su día le hice una poesía. En estos últimos días se están viendo caer grandes tormentas, que en poco espacio de tiempo, caen gran cantidad de litros, a veces de granizo, es el caso de ayer que en Málaga cayeron más de doscientos litros por metro cuadrado.
Este cambio climático se ceba en unas zonas determinadas. Ahora tenemos la Andalucía occidental, donde este año está lloviendo más que en el norte de España, los que vivimos en la parte oriental nos conformamos con lo que nos deja el caprichoso tiempo. Las temperaturas no son normales, para el tiempo que estamos, donde rozan los veinte grados casi todos los días. Hoy sábado hemos terminado de recoger las aceitunas, para hacer el aceite, el resto que es la manzanilla, es de verdeo, que está buenísima. Esta tarde me ha tocada de quedarme con la nieta, le veo muy contenta, cuando le propongo de hacer el árbol de navidad ¡que contenta se ha puesto! ella no para de ponerle los adornos. Esto me recuerda, de cuando mis hijos eran pequeños, siempre me gustó de hacerlo con una rama de pino. Ahora son artificiales y duran varios años, así no se daña el medio natural. Las Navidades de antaño, eran diferentes, cuando llegaban estas fechas, había que buscar la leña en el campo, después nuestra madre se dedicaba en la elaboración de los bollos y las tortas de aceite, también se hacían los roscos de manteca, que también se cocían en el horno.

Quién, me iba a decir, que mi nieta con tan solo cinco años, se decidiera a escribirles a los Reyes Magos. ¿Qué cara de inocencia! Ella me decía que le escribiera en una cuartilla, para copiarlo, lo que no hice con mis hijos hoy lo ago con la nieta, que es para verle la cara de agrado que tenia. Quién me iba a decir la calma que hay que tener, para verlos contentos, hasta le hice una foto, como recuerdo.
Hoy domingo he ido al campo, debía de regar, los pájaros se tiraban desde lo alto de los árboles, para beber el agua que circulaba en los riegos de los bancales, que arrastraba las hojas moradas, que se  encontraban apiladas.
Ya esta finalizando este trimestre, en las clases de Adultos con el se quedará concluido, este relato, esto que ha ido sucediendo, estas cosas que escribo con mi mayor entusiasmo. El cambio climático ha sido  lo más importante, los que nacimos en el campo, nos interesa el saber las variaciones que se producen a lo largo de nuestra historia. La herencia que les dejemos a los que nos precedan, en esta etapa se han quedado tantas cosas, que merece la pena de recalcar para quedarnos satisfechos, con los lleguen.

Esta pasada noche ha estado lloviendo, al hacer el paseo de la mañana se nota el viento del norte que viene fresco de verdad. Ayer por la tarde teníamos cita en el Teatro Calderón, donde se celebra el día de la lectura en Andalucía, se leyeron relatos y poesía entre otras cosas. A mí me toco un fragmentó  del poema de Frenando  Villalón, la tarde estuvo amenizada por una joven pianista de Motril. Fueron unas dos horas que compartimos, en lo que Regina, recalcó con la lectura que tenemos que realizar, durante las próximas vacaciones. Por mi parte, me siento como pez en el agua, me ilusiona de leer y escribir, estos acontecimientos que nos trae la vida.
La siguiente cita será la comida. Esta tarde he estado en el campo, aún quedaban charcos de agua en los planes de la hortaliza. Siempre al pasar por el túnel de la Gorgoracha, siento la curiosidad de mirar en la parte norte, cuando yo era pequeño observaba un chorrillo de agua cristalina, que en ocasiones lavaba la mujer del caminero. Hoy vivo con la nostalgia de ver denuedo, lo que decían los más antiguos que cuando manaba el agua, era señal que la tierra estaba repleta por completo, hace muchos lapsos  que esto no ocurre. Estas caminatas que hemos recorrido, según un proverbio Hindú,”  todo empieza con el primer paso”. Esto se ha olvidado ya hace tiempo; la memoria no alcanza para tanto.

Estos últimos días, se está portando diferente con respecto al tiempo, hace fresco y llueve, nada que ver cuando empecé este relato. ¿Qué desilusionado estaba? Pensaba en el pasado año, esto ha cambiado para bien. Aunque no a gusto de todos, hay zonas que se está pasando la meteorología, con cantidades de lluvia torrenciales, incluso con personas que han perdido la vida. Esta tarde ha dejado de llover, en el campo se ven los chamarices bebiendo en los charcos, como dice el refrán es buena tarde de toros. Las plantas sueltan las gotas de agua, un suave viento, hace que parezca la primavera.

Hoy en el paseo de la mañana, hace un poco de poniente, ya se está notando, que llegamos al final del otoño, y que en breve empezará el invierno. Ayer por la tarde, estábamos citados para celebrar  este fin de trimestre, el tiempo vuela. Los que participamos lo pasamos la mar de bien: cantando villancicos amenizados por la zambomba de Carmela, una de las compañeras de colegio. Han sido unas dos horas, donde hemos compartido con ilusión. Ahora en las vacaciones las aprovecharé, en podar los árboles, que ya es el tiempo. Como he comentado en algún momento, esto ha pasado de verano a invierno…
Esto se trataba de entretenerme en los ratos libres. Como un jo vi; quizás me haya extendido en el contenido, si me siento feliz haciendo esto que tanto me ilusiona una vez más.
Que el cambio climático es una realidad, eso no cave duda, con los cuatrocientos litros por metro cuadrado en la provincia de Murcia, en unas doce horas no es muy normal, mientras en el norte se han quedado extrañados, de esto que sucede en el sur de vez en cuando.  Nací en el campo, lo llevo en las venas y me preocupa esto que pasa de vez en cuando, en estos últimos años.
Para mi ha sido un placer de redactar, este segundo relato, del medio que nos ha tocado vivir, viendo el cambio, las consecuencias que tendrá en un futuro, no muy lejano, algún día nada será igual. Hoy me despido con lo mejor que he podido expresar, este otoño que pasará a la historia igual que otros que ya pasaron, mi más sincero trabajo y hasta el siguiente, en Motril a 21 de diciembre de 2016 Manuel Escañuela…


Que triste está el ruiseñor
en los alto del taraje
sintiendo aquel dolor
hasta erizaba su plumaje.

Por el río iba gritando,
una niña desconsolada
 la corriente le llevaba
solo el ave está mirando.

En aquel río traicionero.
por los meandros buscaban
aquel amor tan sincero
cuando las aguas bajaban.

Allí los árboles lloraban
de lo que ellos percibieron
nadie esto lo sospechaba
cuando los padres supieron.

Que su pequeña dejaba,
esta alma hacia el cielo.
¡Que dolor y desconsuelo!
su vida, ella  resignaba…







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