Motril sábado 8 de
agosto del 2015
Este viaje que hoy realizamos, mi
mujer y yo, es mediante una carta informativa, que recibimos estos días
pasados. Hemos salido con tiempo necesario para ir tranquilos y no ir
precipitados, es costumbre de andar sin prisa y sin pausa. Aquí sentado, junto
a mi mujer en esta marquesina, que hay en la parada de autobuses, donde no nos
dejan tranquilos las pegajosas moscas.
Ahora que llevamos varios días de calor,
como hace años no habíamos conocido, según los medios comunicativos nacionales.
Esta es una mañana serena, con
una calima, igual que llevamos varios días de este calor que no da tregua,
desde el mes pasado y lo que va de
agosto, incluso no dejándonos dormir tranquilos. Las palomas, no cesan de revolotear,
por lo más alto de las azoteas de los pisos, en la calle picotean. Los
estorninos se agrupan remolineando con su vuelo, anunciando un cambio del
tiempo del que ya hace falta. Algunos de estos que carecen de casa y han pasado
la noche en los bajos de los pisos, en compañía de su perro, desasiéndose de
este camastro que han improvisado, van ligeros de equipaje, por un camino
incierto, o sin rumbo determinado.
Suenan las campanas, son las
ocho, aquí sentado esperamos el autobús, mientras los asistentes se agrupan entre
sí, son los últimos momentos de espera.
Pronto asoma el autobús de la
“Empresa José Campos” la salida a la hora prevista, las ocho y diez, desde hace
unos días. El viaje se hizo llevadero, bien por el aire acondicionado y también
por el paisaje de árboles, sobre todo de mangos, estos que se están ahora en
auge. La llegada a Chinches sobre las diez de la mañana, este nombre viene
desde la época romana, en la actualidad pertenece a Vélez Málaga, este pueblo perteneció a
pescadores, y labradores de viñas, hoy es un poco turístico, con una playa de
unos dos kilómetros y medio, aquí estaban esperando los organizadores en la
portada del Bar Paraíso.
El desayuno un bollo con
mantequilla y mermelada, de ciruela, descafeinado con leche, y el cobro de las
mencionadas mariscadas, atrayente de esta cita. A acto seguido, la charla
publicitaria, empezando por ponernos la tensión arterial, en el dedo corazón,
por mí parte 98-56, la medición en sangre, es importante, para la salud. Hay
tres cosas, comer, beber y respirar, una persona buena, puede aguantar unos
cinco minutos cuanto más.
El 80% de nuestro cuerpo necesita
el oxígeno, para respirar, es bueno todo aquello que hagamos nosotros mismos.
Una de las mejores cosas que tenemos en España es la seguridad social. No valoramos
todo lo que tenemos las células son inteligentes, en nuestro país hay un ictus,
cada cuatro minutos, esto es muy interesante. Aquí ponemos la balanza, es la
hora de decidir, esto son lentejas, si quieras las comes y si no las dejas. El
que quiera puede hacer lo que quiera, yo por mi parte he terminado, comenta el
conferenciante, dije una hora y la he cumplido.
Hemos salido por el paseo, hace
un calor sofocante, no se puede respirar este viento, de levante por lo que regresamos, al bar
paraíso, donde se podía estar con el aire acondicionado. Mientras los de la
charla se dedican a hacer los contratos, de aquellos que habían comprado
algunos objetos ofertados.
A la una entramos a una nueva
charla, de la fundación Vida, para ayudar a las personas no sanas, donde
compramos un bote de pomada, hecha de materia natural. Ya eran las tres menos
cuarto, cuando salimos a esperar el autobús, que al poco llegó. Las gaviotas
volaban serenas, por la playa, que hoy se encuentra, con el agua de un color
oscuro, debido a la calima, que no ha cesado en todo el día, sobre las tres
subimos con destino, a Benarmadena,
después de algo más de una hora llegamos.
El conductor se bajó, para sacar
las entradas de “Selwo Marina Delfinarios de Benarmadena” allí entramos, cada
uno con un folleto informativo, puesto que según comentó el conductor la guía
se había ausentado, o no le habían contratado, que sería lo más cierto, ya que
el pescado ya estaba vendido, como se dice aquí en Andalucía. Eran poco más de
las cuatro, cuando visitamos, los pingüinos, era extraño de verles en aquel
habitáculo, donde una operaria no paraba de echar carros de nieve, algunos
parecían estatuas, que apenas se movían, expectantes a los visitantes.
A las cinco y media visitamos las
aves exóticas, las cuales necesitan meses en que aprendan, incluso años según
comentó uno de sus domadores, al comienzo de la exhibición. Nos encontramos en
el sur del sur de América, donde es originario el guacamayo, las cacatúas
blancas son, estas habitan en las riberas de los ríos, quí se citan unas veinte
especies, se alimentan de semillas,
tubérculos, bulbos, flores e insectos, las cacatúas so unas veinte especies de aves pisiformes, la familia
está distribuidas, principalmente por Australia, Filipinas y las islas de
Indonesia.
Eran las siete menos diez, cuando
visitamos los delfines, desde este asiento que está más caliente que el mango
de una salten, empieza la música dos payasos animan el espectáculo: cuatro
domadoras empiezan a darle pescado, cada vez que hacen un número, estos saltan
haciendo cabriolas, saludan con las aletas, incluso con las trompas, que les
hacen saltar por los aires, varios metros de altura, son inteligentes,
sabedores de cada número en los que
actúan, en esta gigante piscina, de agua azulada. Tenemos que respetar a todos
los animales, --comenta una de las domadoras. Lloran como niños apoyándose en
su cola recorren por el agua. Nos hemos paseado, en esta espesa vegetación,
donde se encuentran varias especies de animales, han sido unas tres horas y
pico, que se han ido pasando, soportando, esta pegajosa calor, que nos ha
acompañado durante todo el día.
Ya eran las siete y veinte, de
nuevo subimos al autobús, no sin las quejas, sobre el número de asiento, de
cada uno, por le que el conductor no le quedó más remedio que contestar—que no
sois parvulitos, han sido unas once horas, donde el trayecto ha sido llevadero,
durante el viaje por el aire acondicionado, que este día apetecía disfrutar. La
llegada al punto de partida a las nueve y cinco, por mi parte ha sido una
salida con mi mujer, donde hemos salido de esta rutina diaria, ahora puedo
hacer este relato, donde coincidimos amigos y vecinos de esta ciudad, sin más,
hasta pronto un saludo en Motril a 8 de Agosto del 2015….
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